Seguimos trabajando para conseguir una ley europea que prohíba las granjas intensivas de pulpos con el fin de proteger a estos fascinantes e inteligentes animales
Los pulpos son animales asombrosos, dotados de tres corazones y un complejo sistema nervioso y paquete neuronal en sus ocho tentáculos que les hace extremadamente inteligentes. Hoy sabemos que son capaces de usar herramientas y también de sentir emociones, como el sufrimiento y el dolor.
Desde hace más de diez años, cada 8 de octubre se celebra su día internacional para rendirles homenaje y alentar a su protección, una labor que se ha vuelto más necesaria en los últimos años debido a los planes para empezar a criarlos en cautividad para consumo.
En 2021, la empresa española Nueva Pescanova anunció su intención de construir la primera granja de cría intensiva de pulpos en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria, con el fin de comercializarlos para su consumo. Una práctica que sería innecesariamente cruel con los pulpos y poco sostenible.
Por eso, con el apoyo de la Dra. Jane Goodall y junto a la organización Acción Océanos, desde Raíces & Brotes lanzamos el 8 de octubre del año pasado una campaña de firmas en la plataforma Change.org, para pedir una ley europea que prohíba la cría intensiva de pulpos en cautividad para consumo.
Hoy, en el primer aniversario de su lanzamiento, la petición ya lleva más de 157.000 firmas y ha conseguido el apoyo de científicos y organizaciones a nivel internacional que se han adherido a nuestro manifiesto. La campaña también ha crecido gracias a la colaboración con otras organizaciones defensoras de los animales que se han sumado a la misma causa para aunar esfuerzos.
Más allá de las firmas recogidas, la campaña también se ha dirigido a llamar la atención de las autoridades acerca de las consecuencias que podría traer este tipo de granjas. Así, en abril convocamos con Anima Naturalis, Eurogroup for Animals y Acción Océanos una acción de protesta frente al Ministerio de Agricultura en Madrid, a la que acudieron ecologistas, defensores del bienestar animal y miembros de la comunidad científica.
Posteriormente, en septiembre, nos volvimos a concentrar en Madrid, esta vez frente al Congreso de los Diputados, junto a las organizaciones Anima Naturalis, Eurogroup for Animals, Acción Océanos, Greenpeace y Ecologistas en Acción. A pesar de la alerta roja por lluvias, a esta nueva convocatoria acudieron un centenar de personas de distintas ciudades del país para solicitar la paralización de la construcción de la granja de pulpos en Canarias.
Las razones para evitar este tipo de explotaciones son varias. Por un lado, está el sufrimiento animal. “Cuando me enteré de que empresas españolas planean encerrar a estas criaturas sensibles y fascinantes en “granjas de pulpos”, me sentí profundamente angustiada. Estas granjas no podrán ofrecer las condiciones que los pulpos necesitan y merecen, e inevitablemente causarán un nivel de sufrimiento que ahora sabemos que es inaceptable”, señaló en ese momento la Dra. Goodall.
Además, actualmente no existe ninguna legislación para la cría de pulpos como alimento, por lo que se encuentran desprotegidos ante la ley.
En este sentido, científicos de la London School of Economics publicaron en su informe estar convencidos de que la cría de pulpos de alto bienestar es imposible.
Por otro lado, está el impacto ambiental derivado de este tipo de explotaciones, con contaminación por el uso de compuestos químicos como alguicidas o antibióticos que afectaría a muchas zonas por las corrientes marinas, y con sobreexplotación de los recursos pesqueros para poder alimentar a estos animales, que necesitan consumir tres veces su propio peso en alimento para sobrevivir.
La comunidad científica internacional también ha advertido en este tiempo sobre las consecuencias que podría tener la granja de pulpos para el medio ambiente, la salud y el bienestar animal. Y se han realizado varios informes al respecto.
Aunque Nueva Pescanova tenía previsto empezar a vender a los primeros pulpos este año, el proyecto aún no se ha puesto en marcha y se ha topado con recientes inconvenientes: su impacto ambiental y su rentabilidad.
Por una parte, el Gobierno canario ha decidido que el proyecto quede supeditado a la evaluación ambiental ordinaria ante su posible impacto sobre el territorio. Por otra parte, tras varios años de investigación científica, los resultados apuntan a que no es viable la cría de pulpos en cautividad porque “los pulpos se mueren”.
Estos inconvenientes podrían paralizar su construcción. No obstante, desde que lanzamos la campaña el año pasado, nuestro objetivo no es evitar solamente la construcción de ésta sino también de otras futuras a través de una ley europea que las prohíba. Por eso, seguimos necesitando vuestro apoyo y, en este Día Internacional del Pulpo, os animamos a que nos ayudéis a hacerlo realidad y proteger así a estos fascinantes animales. Firma nuestra petición, difunde nuestra campaña y/o participa en las acciones de protesta que realizamos junto a otras organizaciones para seguir dando voz a los pulpos y al medio ambiente.
¡Junt@s marcamos la diferencia!
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