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  • Foto del escritorRaíces & Brotes

María Celma, impulsora del grupo R&B Océano Limpio Tenerife

Actualizado: 8 feb 2023

Ser oceanógrafa era uno de los sueños de María Celma. Esta vizcaína de nacimiento pero que creció en Zaragoza, vive ahora en Tenerife tras sacar unas oposiciones en la isla. Si bien ahora trabaja en el colegio CEIP Montaña Pelada, gran parte de su tiempo lo dedica al mar.

María es también la impulsora del grupo Raíces y Brotes Océano Limpio, que fomenta que cada día, cada persona elija cuándo, dónde y cuánta basura recoger de las playas de la zona

Algunos de los residuos encontrados en la playa durante una jornada de limpieza.

Fotos: María Celma

Está muy implicada en cuidar y preservar la vida marina de la isla. ¿Cómo está afectando el factor humano en la fauna local?

La fauna local está bastante más amenazada de lo que se puede pensar. Si nos centramos en los animales marinos por ejemplo, tenemos que pensar no sólo en la gran problemática de la basura marina (plásticos, redes...), sino en otros problemas muy serios en la isla como puede ser la cantidad de embarcaciones que hay en las aguas, tanto privadas como otras tantas que se encargan de hacer avistamientos de cetáceos, con todos los problemas que acarrea para los animales... estrés, exceso de ruido, no respetar la distancia permitida a ellos, muertes por colisiones, etc.

¿Qué solución propone usted para, al menos, dañar lo menos posible la zona?

En Tenerife tenemos la suerte de contar con una biodiversidad maravillosa y, concretamente, en el sureste de la isla, contamos con una zona que acoge importantes poblaciones de tortugas, aves marinas y cetáceos residentes, por lo que es fundamental insistir en la importancia de hacer estos avistamientos con las embarcaciones adecuadas, que sean titulares de la bandera de “Barco Azul” autorizada por la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias y por el Ministerio de Medio Ambiente de España, y que estén adjuntas a la Carta de Calidad de Turismo de Tenerife.

Océano Limpio no es “ni una organización ni una asociación”, son personas hartas de encontrar basura en cada rincón. Sin embargo, se unieron a Raíces y Brotes y forman parte de algo más grande. ¿Cómo dieron el paso?

La verdad es que fue sencillo. Siempre he admirado a Jane Goodall, ella es un estandarte en la protección y defensa animal y un modelo a seguir y, navegando por Internet, descubrí a la gran familia de Raíces y Brotes y me pareció preciosa la idea de conocer a otras personas tan implicadas con los animales y el medio ambiente como yo.

¿Qué beneficios tiene pertenecer a R&B?

Supongo que formar parte de una gran familia de activistas, ya de por sí aporta un beneficio personal. El saber que no estamos solos, que hay muchas personas que luchan por un mundo mejor. Como me dijo mi compañera Birgit de Stop Delfinarios Canarias, organización desde la que intentamos luchar por la libertad de los delfines y orcas del archipiélago: “No estamos solos, sólo estamos dispersos... pero ya empezamos a juntarnos”. Esa sería la idea fundamental. Luego obviamente también supone un torbellino de ideas el ver lo que hacen otros grupos. Todos podemos ser inspiración para otras personas.

Las olas traen a la orilla todo tipo de basura. ¿Hay algún residuo que le haya hecho ver de manera más obvia el problema?

Siempre me impresiona la cantidad de cabos y redes de pesca que se encuentran y es lo primero que intento recoger, quizás porque tengo en mente siempre la imagen de tortugas marinas enredadas en ellas. También la gran problemática de las colillas o los bastoncillos de oídos. Algo tan básico como no tirar nada por el váter sería parte de la solución.

Y relacionado con la pregunta anterior, ¿qué es lo más raro que se ha llegado a encontrar?

Se encuentra de todo en las playas y llega un momento en que ya pocas cosas sorprenden. Quizás cuando me encuentro un envase en el que la fecha de caducidad es de hace años o cuando me encuentro un objeto en el que aún se puede ver su procedencia y que viene de otra parte del mundo, te hace ser consciente de que todos estamos conectados por el océano y que el monstruo al que nos enfrentamos es triste e increíblemente duradero.

A pesar de limpiar las playas, nueva basura llega cada día. ¿Qué le motiva a seguir limpiando y a no darse por vencida?

El activismo duele y frustra. Muchos días te dan ganas de abandonar, muchísimos. Es muy duro saber que estás limpiando y que al día siguiente va a estar peor. Entonces vuelco mi frustración en redes sociales porque no quiero quedarme yo sola con esto, es importante que se vea que esto está sucediendo.

En realidad lo que hago son llamadas de auxilio. Lo bueno es que mucha gente responde a esas llamadas, me cuentan los cambios que están haciendo o se dan cuenta de la magnitud del problema al que nos enfrentamos. Me doy cuenta que por poco que haga, estoy consiguiendo muchos cambios en muchas personas y saber que hay otras personas que lo viven de una forma similar y luchan por ese cambio.

Y sobre todo y ante todo, tengo claro que todo esto lo hago por los animales, que sufren las consecuencias de nuestra dejadez, comodidad y egoísmo. No se consigue nada cuando no se hace nada y no es el momento de abandonar. No es la opción. Es el momento de agitar conciencias, no calmarlas.

La orografía canaria es única a nivel estatal, ¿se le ocurre alguna solución enfocada a las islas para evitar tanta basura en las playas?

Lo que es fundamental es hacer ver que las islas afortunadas no seguirán siendo afortunadas, si no hacemos algo por ello.

La solución pasa por sensibilizar y educar a la población. Pasa por hacer cambios en nuestras vidas diarias y exigir cambios a los políticos. Muchas personas se escudan en excusas... por ejemplo, que no reciclan por la idea esa de que luego juntan todos los residuos en el mismo sitio. Mi respuesta es siempre la misma, y es que en mi eslabón, la cadena no se va a romper.

Más de 7000 millones de personas en el planeta... imaginaros si todos hacemos algo en pro del cambio y no nos excusamos en nada más.

Su activismo no se limita únicamente a las redes sociales, sino que también lleva a cabo campañas de sensibilización. ¿Es necesaria la colaboración entre más personas?

Desde el momento que llegué a Tenerife y pude ver con mis ojos el problema que había en la costa, mi realidad dio un giro enorme. Encontré una lucha personal que me creaba una preocupación constante y sobre todo me hacía sentir realmente impotente. Aunque parezca increíble, me costó tiempo darme cuenta que yo sola no iba a poder conseguir nada, y ahí caí en la cuenta de que tenía en mi mano las dos grandes herramientas para cambiar la situación: La educación, pudiendo llegar a las futuras generaciones en el colegio en el que yo trabajo y las redes sociales y su gran poder para concienciar a más personas.

Por eso desde el curso pasado Océano Limpio forma parte del colegio en el que trabaja. ¿Qué acogida ha tenido Océano Limpio por parte de los/as estudiantes del CEIP Montaña Pelada?

Garrafas llenas de basura encontrada en la playa. Foto: María Celmas

Una de las actividades que estoy llevando a cabo se basa en llevar al centro las garrafas llenas de basura que voy recogiendo en la zona del Poris, haciendo que esa basura, al menos, me sirva de material concienciador.

Recuerdo cuando mis alumnos/as tenían 3 años y les mostré la primera imagen de una tortuga marina sangrando por culpa de una pajita, el impacto que tuvo. Ese fue el momento en el que me dí cuenta que si se trabaja desde que son pequeños, crecerán con la conciencia medio ambiental que deberíamos tener todos.

Les presenté el problema y lo más increíble de todo fue hacerles conscientes de que ellos mismos eran la solución. Ellos podían salvar a los animales. Imagina que subidón para un niño pequeño que ya se le considere un héroe. Y así se convirtieron en la “Patrulla Marina”.

¿Qué otros proyectos tienen?

Puedo decir, de forma orgullosa, que he estado presente en razonamientos de alumnos de primaria que darían mil vueltas al de muchos adultos. Además, son ellos los que van cambiando costumbres es su seno familiar, a muchas de esas personas ya insensibilizadas.

Además del medio ambiente, el centro también lleva a cabo un maravilloso proyecto sobre igualdad de género en el que trabajamos con un tema claramente importante, dada la realidad que estamos viviendo en la actualidad.

¿Océano Limpio seguirá formando parte de la agenda escolar el curso que viene?

Me gusta pensar que el proyecto se ha convertido en una seña de identidad del colegio y espero que llegue un momento en el que todos los centros educativos trabajen el tema de alguna manera. Al fin y al cabo, vivimos en una isla.

Actividad en el colegio CEIP Montaña Pelada. Foto: María Celmas

¿Tiene idea de colaborar con otros centros de la zona?

Me encantaría. Todo lo que sea extender el mensaje, y sobre todo en centros educativos, es tremendamente positivo. Algo muy interesante en relación con la colaboración con otras escuelas es que estamos dentro de otro proyecto llamado “Tech 4 Nature”, llevado por el centro de profesores del sur de Tenerife y en el que están involucrados también 10 institutos de la isla, y cuyo propósito es dar soluciones tecnológicas al problema de la basura oceánica.

Gracias María por tu compromiso, esfuerzo y entusiasmo y por marcar la diferencia con tus actos, cada día.

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