Esta alianza nace del compromiso con la salud de los niños y del planeta de varios investigadores, empresas, instituciones, sociedades científicas y organizaciones civiles
Los estudios científicos que sugieren beneficios del contacto con la naturaleza son cada vez más numerosos y diversos, incluidos para los niños. No obstante, cada vez pasan menos tiempo en espacios al aire libre. El 25% de la infancia y adolescencia apenas sale alguna vez al mes a jugar al aire libre y solo el 25% visita el parque urbano o natural diariamente, según se indica en la carta científica publicada en Anales de Pediatría, en la que se señalan varias investigaciones recientes sobre la carga global de las enfermedades que muestran que las principales causas en el número de muertes y años con mala salud crónica son 100% prevenibles y están relacionadas con el deterioro y la contaminación de los ecosistemas.
Así pues, para tratar de revertir esta preocupante situación, desde el Instituto Jane Goodall España nos adherimos a la Alianza Global para Renaturalizar la Salud de la Infancia y la Adolescencia (GRSIA), una iniciativa liderada por la Asociación Española de Pediatría (AEP) y su Comité de Salud Medioambiental para promover la reconexión de los niños y adolescentes con la naturaleza.
“Aunque pueden variar las necesidades, los niños deberían pasar al menos una hora al día en el entorno verde o azul natural más cercano para satisfacer sus necesidades y favorecer un desarrollo saludable. Con todo, los efectos beneficiosos sobre la salud se notan ya desde pequeñas dosis de dos horas a la semana”, expone Juan Antonio Ortega, coordinador del Comité de Salud Medioambiental de la AEP.
La alianza pretende enraizar la salud de los jóvenes con la salud del planeta y además aspira a liderar la prescripción de naturaleza y la promoción de la transición energética y la neutralidad de carbono de familias y centros educativos.
A la Dra. Jane Goodall, esta desconexión entre los jóvenes y la naturaleza le lleva preocupando desde hace tiempo y considera que es un problema importante que la sociedad debe abordar porque “científicamente necesitamos la naturaleza, y los niños pequeños en particular la necesitan para desarrollarse adecuadamente”.
Por eso, en 1991 creó el programa educativo Raíces y Brotes, desde el que se alienta a jóvenes agentes de cambio de todo el mundo a tener un impacto positivo, comenzando en sus propias comunidades.
Al estar en contacto con la naturaleza, los jóvenes no solo mejoran su bienestar, sino que también se sienten parten de ella y entienden la importancia de cuidarla y respetarla. Por lo que este pacto no solo va a favorecer la salud de la juventud, sino que también va a reforzar la urgente necesidad de cuidar la naturaleza en el contexto de crisis climática y pérdida de biodiversidad en el que estamos.
“Se trata de una gran oportunidad para que la infancia vuelva a conectar con el mundo natural, para que los más pequeños aprendan, jueguen y crezcan en la naturaleza, por su bienestar y por el del planeta”, resalta Marisa Mariñán, coordinadora de programas del Instituto Jane Goodall España.
Además del IJGE, se han sumado a la GRSIA investigadores del Grupo de epidemiología ambiental y del cáncer del Instituto de Salud Carlos III, el Environemntal and Human Health (EH2) del Centre de Recerça i Tecnologia Forestal de Catalunya, la Sociedad Española de Ornitología (SEO Birdlife), la red de Unidades Clínicas de Salud Medioambiental Pediátricas del IMIB-Arrixaca de la Región de Murcia y de Olot, en Cataluña; la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (ANIPIER), la FAPA Giner de los Ríos de la Comunidad de Madrid, e investigadores de Salud Azul del Instituto Español de Oceanografía del Mar Menor.
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